domingo, 21 de octubre de 2012

JULIO OLALLA

ulio Olalla es Abogado titulado por la Universidad de Chile y con estudios en Teoría del Lenguaje y Educación.
Desde 1980 dicta cursos en el área de las competencias comunicativas, desarrollo personal, liderazgo organizacional y desarrollo de Programa de Transformación Cultural en organizaciones en Argentina, Brasil, Chile, México, Venezuela, Australia, Canadá, España y Estados Unidos.
Durante los últimos 10 años ha dictado programas de formación de coaches.
Como presidente de The Newfield Network es reconocido como uno de los fundadores y maestro en la práctica del coaching por la Federación Internacional de Coaching (ICF).
Ha trabajado en forma directa con más de 50.000 personas en nueve países diferentes durante los últimos 20 años. Desde su experiencia sostiene, que no es posible un real cambio en la cultura de las organizaciones si no se abordan simultáneamente la transformación personal de sus miembros, el estilo de coordinación de acciones enfocado al logro de los resultados y los valores que fundan la convivencia al interior de las empresas.
Es fundador de The Newfield Network, una empresa consultora, con presencia en Estados Unidos y América Latina, orientada a la formación de Coaches Ontológicos y al desarrollo y aprendizaje organizacional, especialmente de equipos ejecutivos.

Magda Galvez: Julio, usted es considerado como uno de los iniciadores del Coaching Ontológico. ¿Nos puede explicar qué es exactamente?

Julio Olalla: En esta respuesta vamos a hacer un pequeño preludio. Cuando en una comunidad, en una sociedad surge una práctica nueva en el terreno que sea, es porque está reconociendo que las prácticas anteriores no se hacen cargo de los problemas y las dificultades emergentes. Ninguna práctica nace a menos que las prácticas anteriores no estén respondiendo a los temas que están emergiendo. Por ejemplo, en el aprender o en el enseñar existen muchos temas como la consultoría, la consejería, el entrenamiento… hay una gran cantidad de practicas que tienen que ver con la enseñanza, con el aprendizaje. Entonces, si hay tantas otras, ¿porqué aparece una nueva llamada coaching? A mi juicio, aparece una práctica nueva porque las prácticas anteriores se enfocan en dos terrenos, en la acción como es el entrenamiento, donde se quiere que la acción sea excelente. Cuando entrenas lo que estás haciendo es repitiendo acciones conocidas hasta ser excelente en realizar esas acciones.
En otras prácticas como la enseñanza tradicional lo que importa es transmitir información. Lo que nosotros estamos diciendo es que ni la mirada sólo en la acción ni la mirada sólo en la información, producen el aprendizaje que es necesario hoy día en el mundo. Nosotros creemos que el aprendizaje que hoy es necesario en el mundo tiene que incluir al Ser, tiene que incluir a quien aprende, no sólo lo que se aprende. Y en el sentido de que incluye al Ser, al que aprende, eso se llama ontológico. La palabra ontología es la parte de la filosofía que se encarga del Ser. Por tanto el coaching ontológico no se preocupa sólo de la acción efectiva ni sólo de la información, el coaching ontológico se preocupa del Ser desde donde actúas. En muchas disciplinas sólo es importante la acción efectiva, y muchas veces se produce acción efectiva aunque se le rompa el alma a la gente. Nosotros decimos que la acción efectiva es importante pero si no está enfocada a generar un vivir efectivo, un vivir pleno, no tiene sentido. Es un poco lo que nos está pasando. La conexión entre el Ser y la acción, entre el hacer efectivo y el vivir efectivo, eso es coaching ontológico.

M.G. ¿Qué papel tiene el lenguaje en nuestras vidas?

J.O. El lenguaje es uno de esos fenómenos en el que vivimos pero como vivimos en él, no lo vemos y no reflexionamos sobre él. Literalmente es como la vieja frasecilla de “como el agua para el pez” que aquí funciona perfectamente.
Desde los griegos la interpretación del lenguaje es que es un acuerdo social por el que nosotros nombramos las cosas, de esa manera nos referimos a ellas y sabemos de qué estamos hablando, si por ejemplo yo digo silla, los dos sabemos a qué me estoy refiriendo. El lenguaje se entendió por 25 siglos como un fenómeno descriptivo. La filosofía del lenguaje a comienzos del siglo pasado hace algo diferente y dice que es cierto que el lenguaje puede ser descriptivo pero es mucho más cierto que el lenguaje es un fenómeno generativo. Los seres humanos no sólo describimos el mundo del lenguaje sino que también lo constituimos. Un ser humano que aprende el mundo desde pequeño en conversaciones no podría aprenderlo si no tuviera el lenguaje a mano y los pocos seres humanos que conocemos que nunca accedieron al lenguaje, en realidad dejaron de ser seres humanos.

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